miércoles, 6 de julio de 2011

Cap. 4 Amo como me hieres

Qe tal niiñaz…se qe no he subiido cap y ezo se debe a qe no veo interez en el fiic…enserio sta mui mal???----o ni sikiera han leiido andiitha L wueno como sea…tratare de hacer publiciiidad…¬¬…pfff…pasando ezo lezz dejO 2 capi.. ;)


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Cap. 4 Amo como me hieres.

Te entrego todo


A la mañana siguiente salí de prisa pues se me había echo tarde, ni siquiera me despedí de Bill. Para recompensa Mike no me dejo subir al escenario dijo que tendría que hacerle un favor iría por su hermano al aeropuerto y le daría un tur por la ciudad.

Rechinando los dientes salí y conduje hasta allá odiaba cuando el hacia eso. Llegue al aeropuerto luego de casi una hora, ahí estaba esperando a John cuando lo vi. Una sonrisa se coloco en mis labios. Era apuesto debo admitir, me atrojo algo de el y aun no se que fue exactamente. Se acerco a mí por el letrero que sostenía en mis manos.

-hola ¿tu debes ser John?-

-correcto…tú eres Nikki. Eres mas linda en persona-

-gracias-

Le quise ayudar con una maleta pero el no la soltó dijo que las damas no deben cargar, una ridiculez. Muchos ya no me trataban como una dama por mi trabajo pero realmente ese trato me tenía sin cuidado.

Platicamos en el camino John fue muy agradable. Aunque como fui descubriendo era algo mayor y un tanto problemático, 35 años dos hijos y esposa. Era cantante y bajista de una banda. Llegando Mike dijo que era mi turno, otra cosa para hacerme rabiar. Tuve que correr a mi camerino y alistarme para la función. Ya terminada como toda una estrella salí a mi escenario en el cual se encontraría John mirándome. Debo admitirlo no me limite a hacerle algunas insinuaciones. Bajando del escenario se acerco a abrazarme.

-Estuviste fantástica!!- dijo besándome la mejilla. Jugueteo conmigo un poco mas, trataba de morderme el cuello mientras me tenia sujeta de la cintura y pegada a su cuerpo.

-Nicol, para por favor, es hora de irnos- esa era la voz de Bill.

-ya voy, ya voy- conteste tratando de soltarme de John pero el no me dejaba ir.

-vamos lindo suéltame- le decía entre risas

-porque te vas tan temprano muñeca- dijo acercando su rostro al mío.

-me tengo que ir, el deber llama- dije sonriendo algo nerviosa.

-esta bien nena, pero en la noche te quiero ver aquí de nuevo- me beso en la boca y luego me soltó. Me despedí de Mike y luego salí tras de Bill.

-A ti que te pasa maldita sea!!!-

-Calma Bill es hermano de Mike es buen chico-

-oh si claro, bueno para andar con cosas que no debería-

-¿cosas? Yo soy esas cosas?!-

-si sigues haciendo ese tipo de exhibiciones, si!-

-ah si? Pues sabes que no me interesa seguir haciéndolas, John es un lindo chico, además casado debe de saberse un par de trucos- lo último lo dije de juego para que Bill riera un poquito y dejáramos de pelear, siempre funcionaba. El otro decía una broma y el otro le miraba molesto luego las carcajadas se soltaban de los dos.

Bill me miro furioso y yo le regale una sonrisa de oreja a oreja. Bill se rio algo exagerado abrió la puerta trasera del auto y me metió con algo de fuerza. Se puso encima de mí y me beso. Su beso se notaba algo acelerado y me mordía con intensidad. Empezó a tocarme las piernas a subir sus manos.

-No quiero verte con John-

Luego de sus frías apalabras me dio una fuerte mordida en el cuello. Se quito rápidamente y se coloco en la silla del conductor.

Ya en el hotel, seguía algo confundida por su reacción. Desde que vivo con el a veces tenemos discusiones y siempre hace lo mismo. Pero hoy ha pasado a algo mas. Me encuentro en la sala y Mike me llama. Bill se percata que hablo muy cariñosa y terminando de colgar me arrebata el celular y lo avienta contra la pared.

-¡¿Qué te sucede?!-

Solo se queda parado mirándome con esa mirada que me aterroriza, sus ojos que se tornan tan negros como las sombras, sin brillo y helados.

-Te dije que te alejaras de John- me dice mirándome como un desquiciado.

Me alejo de el y tuerzo la boca, como si no me importaran sus palabras. Me toma del brazo y me avienta a la pared. Trato de zafarme y me sacude golpeándome una y otra vez contra la pared. Comienzo a enfurecer, le empujo y cuando trata de regresar hacia mí para sujetarme de nueva cuenta, sin pensarlo otra vez cierro el puño y acomodo un golpeo en su rostro. Se toca el rostro y no tienen ni una herida, dirige su vista hacia mí y se acerca lentamente. Corro por toda la casa con el detrás. Me mira como un loco y no deja de sonreír. Por fin me toma y me arroja al suelo. Me sujeta las manos y se posa a centímetros de mi cara que solo refleja terror. Me besa descontroladamente, me siento un poco más segura, le correspondo y luego le abrazo. Me muerde nuevamente el cuello con fuerza haciéndome soltar un alarido.

-Te quiero perra-

Me dice con una voz mas cálida se levanta y me ayuda a para. Dice que se ira a dormir, se despide y desaparece en su habitación. Decido no ir al club de nuevo. Me siento en la sala y miro televisión. Estoy quedándome dormida cuando me despierta.

-¿No piensas ir al club?-

Le miro confundida, me dice que me levante que vayamos, que el pagara los tragos hoy. Salimos de la habitación y jugamos en el trayecto hasta el estacionamiento, en el auto seguimos igual. Llegamos al club y saludo a Mike me le escapo a John y me voy a mi camerino a cambiar.

Botas negras de cuero con cinturones a los lados de enorme plataforma. Falda negra de encaje corset blanco y chaqueta arriba del ombligo de magas cortas. Guantes sin dedos de encaje blanco pasando el antebrazo. El cabello negro y largo con maquillaje oscuro y labios rojos.

Salgo a escena y no puedo evitar mirar a Bill a cada instante, pareciera que todos desaparecieron. Le tengo una sorpresa. El humo inunda el escenario, nada se ve. Me desprendo de toda la ropa y me coloco mis alas negras. Rápidamente me pasan una guitarra eléctrica, me subo a mi columpio con cuerdas de espinas negras. Hay un estallido en el escenario y el humo se dispersa rápidamente dejando ver la guitarra negra las alas igualmente oscuras y la corona de espinas rojas en mi cabeza, el cabello negro y largo que cubre mis senos.

Bill me mira asombrado desde su asiento. Se muerde los labios. Todos gritan. Toco la guitarra y sonrió, alzo la vista y observo al público.

Por fin mis dedos tocan la última cuerda y las luces se apagan. Bajo del escenario y tras el telón me abalanzo sobre el.




Terminado el show Bill y yo nos marchamos a un club. Bebemos demasiado y tras algunas horas el llamaba a alguien para recogernos. Dentro del hotel nos divertimos más, sigo bebiendo y fumo un poco en la sala. Bill se acerca a mí y poco a poco nos dejamos llevar. En su cuarto trata de llegar demasiado lejos. Tenemos otra pelea, al querer detenerle le rasguño en el brazo y el me responde abofeteándome la cara, un golpe duro y certero que me deja tendida en la cama.

-lo siento- dice con unza voz suave y tersa, calmada como si no sintiera culpa. Como si no fuera nada me besa y se va.

A la mañana siguiente me despierta con el desayuno en la cama. Me dice que quiere un día totalmente conmigo, me lleva al estudio y paso el día con el. Por al noche volvemos a salir, vamos a comer y durante la cena me sor

prende con un brazalete de oro, grabado con la frase “Just me and you”.

-Recuerdas la vez que te saque del bar. Ha pasado un año-

-Solo puedo recordar la canción que cantantes para que pudiera dormir-

Sonreí y me acerq


ue para besarle. Esa noche me entregue a mi Eigentümer, el dueño de mi vida y alma. No solo me había comprado literalmente a la vida dura y fría sino me había alojado en su casa, en su corazón.

A la mañana siguient

e me sentía tan mal por la noche anterior. El salió de casa cuando yo dormía como una niña en su cama, as

í que también me di una vuelta por la ciudad. Me sentía perdida otra vez, no sabia que había pasado, lo que nosotros teníamos. No sabía que fue aquello que sentimos y tal vez hoy ya no existía. En que se convirtió esa noche que intente marcharme. Que se rompió dentro de nosotros, cuando los dos derramamos lágrimas en el suelo por la persona que se iba en ese instante.

La lluvia estaba conmigo siempre que me perdía. Me acariciaba el cabello y frotaba en la espalda con sus tibias gotas. El sol pintaba el cielo de ese color amarillo tan raro. Pareciera que ese seria mi último día sobre este mundo p

or ese raro color que inundaba el cielo e iluminaba a las cosas. Las iluminaba pero no las hacia brillar, su luz tocaba mi piel y mis ojos pero no había brillo en estos que desbordaban lagrimas a montón. Esas gotas saladas se mezclaban con el agua tibia que me consolaba

Seguí caminando hasta una parada de autobuses, para que me llevaran más lejos. Para huir unos segundos. No había nada ni nadie ahí. De pronto un auto se detuvo delante de mí. La ventanilla bajo y se asomo un muchacho tal vez de la misma edad que mi Eigentümer.

-¿Te llevo?- me ofreció mientr


- Claro- dije con un hilo de voz, unas me examinaba completamente con tan solo un vistazo fugas.


-Soy Tom-

tanto perdida todavía. Arranco y condujo en línea recta.

-Nikki-


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